Un proyecto que radica en tránsitos y escalas. Los puntos visuales se acentúan a medida que se recorre la casa y esto tiene un por qué, el terreno se sub dividió en 2 lotes de 6.00 de fachada, por 33.00 metros de fondo.
Retomando materiales del sitio como la piedra braza y el mismo pigmento de los muros y plafones de losa con la roca del sitio, brindando un fondo mediático a los 3 jardines internos con los que cuenta. La primera escala es la estancia, que se rodea de 2 jardines de Alocacias y Arecas, pensando en el valor intrínseco que la lluvia aporta a la reflexión del usuario; la segunda zona conlleva a un recorrido, tanto horizontal como vertical, que conlleva a una tenue e intencionada penumbra, el fin de esto es comprimir la percepción espacial del usuario para romper el seguimiento con una doble altura que enmarca a un árbol preexistente al fondo, permitiendo las ventajas de la Luz del norte y sus vientos dominantes.
Una serie de elementos endémicos y artesanales amenizan la iluminación de la casa, con arbotantes en comales de barro y colgantes de canastas con fibra de maíz.
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